Fue uno de los mejores deportistas españoles de todos los tiempos y sin embargo era casi un desconocido del gran público, bien es cierto que las artes marciales no ocupaban un lugar relevante en los periódicos de la época. Y eso que Egea, entre otros títulos, fue siete veces campeón del mundo y cuando lo consiguió por primera vez en 1982 se convirtió, con 18 inviernos en el campeón más joven de la historia.
José Manuel Egea Cáceres nació en el barrio madrileño de Pan Bendito y desde muy joven empezó a sentir atracción por el deporte. Primero fue la gimnasia pero como tenía que desplazarse al Palacio de los Deportes, la economía no daba para muchas alegrías y uvo que dejarlo. Cuando sus padres se trasladaron a Leganés y contaba con 11 años sus progenitores le regalaron a él y a su hermano Francisco una inscripción para un gimnasio de Carabanchel.
Fue ahí donde eligió la modalidad de kárate y tras una pequeña competición entre gimnasios, su entrenador José Manuel Pérez vio un potencial extraordinario en el muchacho y la verdad es que cumplió con creces las expectativas de sus maestros, ya que además de los mundiales logró campeonatos europeos tanto junior como senior. Por equipos e individual amén de otros campeonatos como los Open de París, Japón, Estados Unidos y Villa de Madrid.
No fue un camino fácil porque se encontró con lo de siempre, es decir problemas económicos para poder dedicarse por entero a ese deporte, por entonces minoritario. Esta falta de medios le hicieron pensar en abandonar España para poder continuar con el kárate. En Estados Unidos llegaron a ofrecerle tres millones de pesetas gracias a la publicidad. Con eso, pensaba Egea, tenía las necesidades cubiertas y podía dedicarse por entero a su profesión.
Aquí ya se sabe que las ayudas a deportistas de élite se dan con cuenta gotas y a José Manuel le ofrecieron una beca para promesas cuando ya era campeón del mundo en la categoría absoluta en dos ocasiones. Egea renunció a la oferta y recomendó que se lo diesen a un chaval que comenzase en el deporte y lo necesitase más que él.
“Es una pena, comentaba hace unos años, pero soy más conocido en el extranjero que en mi propio país. Cuando salgo fuera me tratan como lo que soy, un Campeón del mundo. Pero en España he tenido que luchar mucho para que se reconozca mi valía y, aunque me duela, no lo he conseguido del todo”. Y lo decía un hombre que fue el rey durante tres lustros y ha competido con tres generaciones de luchadores, a los que ha ganado.
Egea ha entrenado a equipos alemanes, holandeses, italianos… “Me llaman mucho del extranjero porque tengo amigos en las Federaciones de muchos países y, a veces, me dan un toque para que entrene en competiciones concretas. Lo dice el hombre que durante quince años obtuvo todos los triunfos habidos y por haber. Ese es José Manuel Egea, el deportista español que figura en el libro Guinnes de los récords.
José Manuel Egea Cáceres nació en el barrio madrileño de Pan Bendito y desde muy joven empezó a sentir atracción por el deporte. Primero fue la gimnasia pero como tenía que desplazarse al Palacio de los Deportes, la economía no daba para muchas alegrías y uvo que dejarlo. Cuando sus padres se trasladaron a Leganés y contaba con 11 años sus progenitores le regalaron a él y a su hermano Francisco una inscripción para un gimnasio de Carabanchel.
Fue ahí donde eligió la modalidad de kárate y tras una pequeña competición entre gimnasios, su entrenador José Manuel Pérez vio un potencial extraordinario en el muchacho y la verdad es que cumplió con creces las expectativas de sus maestros, ya que además de los mundiales logró campeonatos europeos tanto junior como senior. Por equipos e individual amén de otros campeonatos como los Open de París, Japón, Estados Unidos y Villa de Madrid.
No fue un camino fácil porque se encontró con lo de siempre, es decir problemas económicos para poder dedicarse por entero a ese deporte, por entonces minoritario. Esta falta de medios le hicieron pensar en abandonar España para poder continuar con el kárate. En Estados Unidos llegaron a ofrecerle tres millones de pesetas gracias a la publicidad. Con eso, pensaba Egea, tenía las necesidades cubiertas y podía dedicarse por entero a su profesión.
Aquí ya se sabe que las ayudas a deportistas de élite se dan con cuenta gotas y a José Manuel le ofrecieron una beca para promesas cuando ya era campeón del mundo en la categoría absoluta en dos ocasiones. Egea renunció a la oferta y recomendó que se lo diesen a un chaval que comenzase en el deporte y lo necesitase más que él.
“Es una pena, comentaba hace unos años, pero soy más conocido en el extranjero que en mi propio país. Cuando salgo fuera me tratan como lo que soy, un Campeón del mundo. Pero en España he tenido que luchar mucho para que se reconozca mi valía y, aunque me duela, no lo he conseguido del todo”. Y lo decía un hombre que fue el rey durante tres lustros y ha competido con tres generaciones de luchadores, a los que ha ganado.
Egea ha entrenado a equipos alemanes, holandeses, italianos… “Me llaman mucho del extranjero porque tengo amigos en las Federaciones de muchos países y, a veces, me dan un toque para que entrene en competiciones concretas. Lo dice el hombre que durante quince años obtuvo todos los triunfos habidos y por haber. Ese es José Manuel Egea, el deportista español que figura en el libro Guinnes de los récords.